Conferencia: «Piedad de la Cierva y el legado enmudecido de las mujeres en el CSIC»

El  jueves 8 de febrero de 2024 a las 19:00, la investigadora del proyecto GRASS Carmen Gómez-Fayrén dio una conferencia en el auditorio del Centro de Física  Teórica y Matemáticas (CFTMAT) en el campus de la Universidad Autónoma de Madrid sobre la pionera de la física española Piedad de la Cierva. La conferencia se repitió el 11 de Marzo en el Instituto de Ciencia de Materiales (ICMM), en el mismo campus.

El vídeo de la conferencia se puede ver en el canal de youtube del IFT o directamente aquí

 

 

Monólogo sobre dos culturas del mundo de la física teórica

Con motivo de la celebración del vigésimo aniversario de la fundación de la Sociedad Española de Gravitación y Relatividad he preparado una breve conferencia que quiero compartir aquí con los que no han tenido la oportunidad de asistir al acto de la Universidad Complutense.

Cartel del acto de celebración del vigésimo aniversario de la SEGRE en la UCM
Cartel del acto de celebración del vigésimo aniversario de la SEGRE en la UCM

Monólogo sobre dos culturas del mundo de la física teórica

Buenas tardes.

Cuando me pidieron dar una charla contando mi recuerdo de los primeros años de la SEGRE, me di cuenta de lo desmemoriado que me he vuelto y de lo difícil que me iba a ser aportar datos concretos o las anécdotas sabrosas que todos los que asisten a actos como éste esperan.

También caí en la cuenta, horrorizado, de que esa desmemoria me iba a llevar a omitir injustamente nombres y episodios a los que seguramente (pero la verdad es que no lo recuerdo bien) habría que atribuir mucho del mérito de que la SEGRE naciese y haya llegado hasta aquí.

Así pues, para salir del paso con cierta dignidad, poder aportar algo interesante a esta jornada de celebración sin ofender a nadie y sin ponerme en situaciones embarazosas que otros puedan contar como anécdotas hilarantes dentro de otros veinte años, he optado por hablar de algo que requiere menos precisión en los datos (nombres, fechas, eventos) pero que puede ser útil para entender mejor las circunstancias socio-científicas que llevaron a la fundación de la SEGRE.

Pido, por lo tanto, vuestra indulgencia por hablaros de un tema que a mí me apasiona, pero que quizá no sea lo que esperabais en una ocasión como ésta. Y pido también disculpas por ser incapaz de nombrar sin omisiones a todos los colegas que han contribuido a que este aniversario haya llegado y se

haya organizado, que merecen un reconocimiento por tiempo y esfuerzo que han invertido en estructurar y consolidar el espacio científico de España a través de una asociación como la SEGRE.

Espero, de todas formas, que el tema del que voy a hablar os resulte también interesante que dé lugar a una sana polémica de la que todos podamos aprender algo, a diferencia de las polémicas de las que los medios de comunicación nos informan machaconamente estos días.

Sociología de la comunidad científica

He titulado esta charla con una paráfrasis del título del famoso libro de Galileo, sustituyendo los dos sistemas máximos del mundo por dos culturas de la física teórica, utilizando uno de los sentidos que tiene la palabra cultura según la RAE: «conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artístico, científico, industrial, en una época, grupo social, etc.» El grupo social al que me voy a referir es el de los físicos teóricos durante los últimos 100 años y me voy a preocupar más de su comportamiento social que de sus descubrimientos científicos, aunque estén muy relacionados. Ya veremos más adelante a qué dos culturas me refiero y qué tienen que ver con la

SEGRE y con su vigésimo aniversario.

Una parte importante de la historia de la ciencia es la de los hombres que la hacen y la del cuerpo social con características muy definidas que lo forman. Éste es un cuerpo extraordinariamente activo y que sufre todos los fenómenos que se producen en la sociedad en su sentido más amplio: se organiza jerárquicamente, con una estratificación que responde a razones de mérito, pero también de pedigree (científico, académico o socioeconómico, a veces muy interrelacionados). Hay luchas por el poder académico o por atraer la atención (algo que ahora se mide en unidades llamadas likes) pero muy pocas por conseguir premios. Esto seguramente ocurre por lo escasos que son los premios científicos, sobre todo si comparamos con los más de 3500 premios literarios que se otorgan cada año en España, ese país en el que los de letras se sienten mal tratados.

Aunque a la comunidad científica la une un conjunto grande de creencias comunes (en todo lo firmemente establecido de forma experimental), hay disidentes, sectas heréticas, y grandes corrientes culturales o filosóficas que dan lugar a grupos muy diferenciados, con principios y líderes propios y a menudo enfrentados con otros similares que compiten por los mismos recursos (becas, plazas, financiación) pero, sobre todo, por la supremacía científica. Para entendernos, voy a llamar «tribus»

a estos grupos, pues comparten con ellas unos niveles de endogamia difíciles de justificar en una empresa tan supuestamente abierta y universal como la investigación científica. Hablar de «escuelas de pensamiento» me parece demasiado caritativo.

Se podría pensar que, al final, los experimentos dan o quitan la razón a unos u otros, pero el homo sapiens scientificus es un animal tozudo y soberbio y, a veces, la evidencia tarda años en ser aceptada y su interpretación se discute hasta la saciedad o hasta el ridículo más espantoso. La cruzada de Julio Palacios contra la Relatividad es un ejemplo paradigmático que en este preciso lugar no puede dejar de venírseme a la cabeza, venciendo la barrera de mi desmemoria. Pero también puedo recordar que las disputas entre cartesianos y newtonianos tardó mucho más en ser zanjada de lo que podría deducirse de los libros de texto que a menudo olvidan que los científicos son, al fin y al cabo, seres humanos.

En ocasiones lo que pasa es que la evidencia tarda mucho en aparecer, el tiempo discurre, los físicos teóricos siguen desarrollando sus ideas de acuerdo con la formación y prejuicios recibidos y las tribus que se forman duran generaciones, generaciones enfrentadas a otras tribus similares por su concepción de cómo debería ser la física. Esto es, sin duda ninguna lo que pasa en el caso de todo lo que rodea a la gravedad. (A estas alturas seguramente estabais pensando que este discursito no tiene nada que ver con la gravedad  o con  SEGRE y lo ha debido de escribir ChatGPT, pero ya veis que estamos llegando al tema principal del mismo.)

Dos culturas

La Relatividad General, que es la piedra angular de toda la investigación moderna en la interacción gravitatoria, fue, sin duda, una teoría adelantada a su tiempo. En el plano conceptual, entenderla ha sido (y sigue siendo) extremadamente difícil porque afecta al propio espacio y el tiempo que son las «formas a priori» del entendimiento según Kant. Para demostrarlo no hay más que remitirse a los 50 años que separan el descubrimiento de la solución de Schwarzschild de su interpretación como «agujero negro». Por otro lado, la Relatividad General es una teoría extremadamente rica en predicciones, pero durante muchos años sólo fue tecnológicamente imposible comprobar una pequeñísima fracción de las mismas. En situaciones como ésta, como he dicho antes, los físicos teóricos tienden a formar tribus que avanzan un tanto a ciegas (pero avanzan), un tanto aislados del resto de los avances que se producen en otros campos, consolidando una filosofía y una cultura propias que les diferencia de otras tribus. La tribu que surgió de esta forma es la que no hace tanto (y ciertamente en el momento de fundación de la SEGRE) se conocía como la de «los relativistas».

Que Einstein, uno de los mayores genios científicos de la historia, fuera el creador (o descubridor, realmente no sé qu’e decir) de la Relatividad General, le convertía en el principal líder espiritual de la tribu de los relativistas. Y que Einstein desconfiara de la Mecánica Cuántica hizo de la tribu relativista un grupo que también desconfiaba de la misma, que tenía una inclinación especial por estudiar alternativas como las teorías de variables ocultas, por preocuparse por cosas como «el problema del tiempo» y que se mantuvo mayoritariamente ajena de los avances que se produjeron combinando la Relatividad Especial con la Mecánica Cuántica en las Teorías Cuánticas de Campos Relativistas, la clase de teorías que más éxitos ha conseguido y que describe todas las demás interacciones fundamentales.

(Hablar del «problema del tiempo» me ha hecho recordar el anuncio de un colega de que iba a dedicar los próximos 5 años de su vida a estudiarlo y que probablemente no publicaría nada en ese tiempo. En ese momento me sonó al problema de cómo ocupar el tiempo durante 5 años sin hacer nada.)

Pero sería muy injusto no reconocer que la tribu relativista realizó un trabajo admirable sentando las bases de los descubrimientos recientes de las ondas gravitatorias, por poner un ejemplo. Podría hablar de muchas otras cosas recientemente «redescubiertas» como el grupo BMS, como las ecuaciones de Teukolski, muchas soluciones exactas, y un largo etcétera de resultados que ahora han cobrado actualidad.

Todo este trabajo se realizó en una época en la que sólo se podía soñar con que algún día, quizá, habría los instrumentos necesarios para observar los fenómenos que se habían predicho. Una época en la que muchos hubieron de sufrir las miradas condescendientes de colegas que hacían predicciones que se comprobaban o refutaban a escalas de tiempo de meses o pocos años.

La descripción que he dado de la tribu relativista, es obviamente, una generalización simplista y seguramente contiene errores que tienen su origen en mi pertenencia a otra tribu que tiene sus propios tótems: la «tribu particulera».

Como su nombre indica, la tribu particulera crece alrededor de la investigación en las partículas fundamentales y, por ello, tiene en la Mecánica Cuántica uno de sus pilares más firmes, lo que ya establece una cierta brecha cultural con la tribu relativista. Al contrario de lo que pasa con la Relatividad General, durante muchos años la investigación en física de partículas ha disfrutado (o generado) la tecnología necesaria para poner a prueba las teorías que iban surgiendo y que han llegado hasta la formulación del famoso «Modelo Estándar de las Partículas e Interacciones Fundamentales» (Modelo Estándar a secas para los amigos). Este modelo, a diferencia de la Relatividad General, es fruto de las contribuciones de muchísimos físicos. Es otro triunfo del homo sapiens scientificus, pero también viene con su carga filosófica y cultural (y sus prejuicios y su pizca de orgullo tribal, claro). Tampoco hay que olvidar que el desarrollo de este campo ha sido favorecido por un gran apoyo económico por parte de los estados que la investigación en gravitación no tenía. Ni podía tener, me atrevo a decir, dado que ni siquiera existía la tecnología en la que poder invertir. Es evidente que eso ha cambiado radicalmente en los últimos años, como explicaré más adelante.

A las energías que hemos podido explorar y en el mundo microscópico en el que no se puede acumular mucha masa, la gravedad es mucho más débil que las demás fuerzas, por lo que a la hora de explicar la estructura del átomo y de su núcleo uno podía olvidarse completamente de ella. Y eso hizo la tribu particulera, que creció y se desarrolló completamente de espaldas a la gravedad.

Pero estoy generalizando y simplificando bastante de nuevo, pues algunos de los notables de la tribu (Pauli, Feynman, DeWitt, ‘t Hooft…) intentaron describirla dentro del marco de su cultura: si todas las interacciones son mediadas por partículas, la gravedad debía de ser mediada por una partícula de espín 2, el gravitón, que sería el cuanto de excitación del campo gravitatorio descrito por la métrica de Einstein cuando la teoría se cuantiza. El largo alcance de la interacción sugiere, además, que el gravitón es una partícula sin masa.

Este punto de vista no era (o no es) una burda extensión de la descripción de las demás interacciones, sino que es una consecuencia ineluctable de los principales puntos del catecismo de la tribu: el grupo de Poincaré como simetría fundamental de la Naturaleza, la Mecánica Cuántica como teoría fundamental y el teorema de Wigner. Además, el recientemente fallecido Stanley Deser, entre otros, demostró que la teoría que describe la interacción consistente de un campo de espín 2 sin masa es,

precisamente, la Relatividad General.

Todo parecía sugerir que simplemente había que cuantizar la Relatividad General como una teoría cuántica de campos relativistas especiales más. Bueno, más compleja, con muchos tipos de interacciones y con una simetría local heredada de la covariancia general sustancialmente diferente de la de las teorías de Yang-Mills que describen las demás interacciones. Pero una teoría cuántica de campos relativistas especiales más, al fin y al cabo. La gravedad es muy débil y la cuantización perturbativa sobre el vacío de Minkowski debería de bastar y sobrar.

Como todos sabéis, esta forma de cuantizar la gravedad fracasó, dando origen a unos de los problemas más apasionantes de la física teórica de nuestra era: la construcción de una teoría cuántica de la gravedad.

Si intentase repasar aquí la lista de ideas que se han propuesto para resolver este problema, me pasaría mucho del tiempo asignado y desencadenaría la ira del moderador y del siguiente ponente. Pero no debería sorprenderos que os resuma lo que pasó diciendo que cada una de las dos tribus de la física teórica intentó resolverlo dentro del marco conceptual de su propia cultura.

La tribu particulera había descubierto (redescubierto, diría la «tribu condensada») un mecanismo que permitía utilizar las ventajas de introducir más simetría en una teoría sin que esa simetría se reflejase luego en el vacío de la misma y en su espectro. El éxito del mecanismo de la ruptura espontánea de simetría para describir la fuerza electrodébil lo elevó a la categoría de paradigma y modelo en su cultura y la tribu se lanzó a generalizarlo en las teorías de Kaluza-Klein, de gran unificación, las teorías supersimétricas (con o sin gran unificación) y las teorías de supergravedad que extienden la Relatividad General al superespacio. Todas estas teorías tienen su punto de encuentro en las teorías de supercuerdas que se pueden cuantizar de forma consistente y que, además de describir de forma unificada todas las interacciones, contienen gravitones, por lo que son teorías de gravedad cuántica. Pero no sabemos si son las teorías que describen «la» gravedad cuántica ni «las» interacciones y partículas fundamentales de nuestro Universo.

En este contexto nos podemos referir a la teoría de supergravedad conocida como N=8, relacionada con las teorías de supercuerdas de tipo~II, que ha sido cuantizada por el método perturbativo convencional

hasta 5 lups por el grupo de Zvi Bern, Lance Dixon y David Kosower sin que haya dado lugar a divergencias ultravioletas. Quizá sea un ejemplo de teoría cuántica de campos relativistas especiales que describa gravedad, pero no está nada claro que esta teoría describa «la» gravedad y el resto de las interacciones y partículas de nuestro Universo.

La tribu relativista no se quedó atrás y propuso su propio candidato a teoría de la gravedad cuántica, la llamada «gravedad cuántica de lups». (Me resisto a llamarla de lazos: siempre me vienen a la cabeza los lazos que las chicas de hace muchos años se ponían en el pelo o los que se ponen en los paquetes de regalo.) No voy a describírosla en mucho detalle por dos razones: porque no sé lo suficiente de la misma para hacerlo correctamente y porque ya os he dicho que mis orígenes están en la tribu particulera y no podría resistirme a hacerlo transmitiéndoos mi forma parcial y sesgada de verla. Aquía hay, afortunadamente, gente mucho más cualificada que yo para hablaros de ella.

El debate entre ls partidarios de estas dos propuestas dominó los últimos años del siglo XX y los primeros del XXI, reflejando las diferencias culturales de ambas tribus: la esencia perturbativa (o no) de la gravedad cuántica y la existencia de un límite perturbativo, la independencia de la teoría del background y la relación con el uso de coordenadas, la naturaleza emergente (o no) de la gravedad, la posibilidad de describir agujeros negros y calcular sus entropías aplicando la fórmula de Boltzman a la densidad de estados cuánticos, la unitariedad de la gravedad cuántica y el problema de la información, el efecto de aplicar el método de cuantización de lups a sistemas bien conocidos como el oscilador armónico… Pero a este debate había que añadir la lucha por los recursos y el poder académico entre ambas tribus, claramente inclinada a favor de la de los particuleros en ese momento, para envidia de la de los relativistas.

Ésta era la situación de nuestro campo en el momento en el que se formó la SEGRE: un campo dividido en dos tribus que añadían al antagonismo puramente científico agravios que dificultaban el debate, el entendimiento y la colaboración. (He dicho «puramente científico», pero ya tendría que haberos dejado claro que tal cosa en realidad no existe). Una tribu que desayunaba leyendo el los artículos que habían llegado la noche anterior a través de hep-th y otra que ni tocaba el gr-qc, pues, total, el boletín, como llamábamos entonces al ArXiv, era un invento de Paul Ginsparg, teórico de supercuerdas y miembro de la tribu particulera. Un mes cualquiera de 1997 (junio, por ejemplo) se enviaban 335 artículos a hep-ph y 215 a hep-th, pero tan sólo 82 a gr-qc.

La búsqueda de una comunidad nueva a través de la SEGRE

Si algo tenía claro a mi regreso a España tras mi periodo postdoctoral, allá por 1997, es que la investigación en el campo de la gravedad iba a ser el dominante en la física teórica de los siguientes 50 años, como la física de partículas lo había sido los 50 anteriores. No podía predecir qué caminos tomaría la búsqueda de una teoría de gravedad cuántica (la correspondencia AdS/CFT me pilló recién aterrizado), pero tenía claro que cada vez iba a ser más difícil financiar y construir aceleradores de partículas que permitiesen nuevos descubrimientos y que, a la par, la tecnología estaba alcanzando el nivel necesario para hacer nuevos descubrimientos en el campo de la gravedad, entendida en un sentido muy amplio que abarca a la cosmología. En términos económicos de podría decir que la ley de los retornos decrecientes iba a afectar de lleno a la física de partículas como disciplina mucho más desarrollada que, en cierto sentido, estaba llegando a sus límites.

Creo que no me equivoqué del todo. En estos 25 años en el CDF de Fermilab y en LEP y en el LHC del CERN se identificaron las poquitas piezas que le faltaban al rompecabezas del Modelo Estándar, mientras que en esos mismos años varios experimentos midieron las inhomogeneidades de la radiación

cósmica de fondo, identificaron las componentes cosmológicas de la materia oscura y de la energía oscura (que probablemente no sea más que la constante cosmológica), midieron la expansión acelerada del Universo, detectaron las primeras ondas gravitatorias y con ellas las primeras colisiones de agujeros negros, de estrellas de neutrones…

En mi instituto la mayoría de los temas de investigación están conectados de una forma u otra con la gravedad: los fenomenólogos buscan las partículas que constituyen la materia oscura, cuyos únicos efectos conocidos son gravitatorios, la astrofísica de partículas y la cosmología se tocan, los interesados en la materia condensada o en la información cuántica utilizan la correspondencia AdS/CFT (o CMT), y los antiguos fenomenólogos de cuerdas que sólo estaban interesados en la parte Yang-Mills de las interacciones ahora se fijan en las condiciones de consistencia que impone la gravedad cuántica a las demás interacciones.

Volvamos al ArXiv para demostrarlo. En un mes cualquiera del año 2023 (de nuevo tomo el ejemplo de junio) se envían 409 artículos a hep-ph (un 22% más que en 1997), 317 a hep-th (un 47% más que en 1997) y 298 a gr-qc, que es un tremendo 263% más que en 1997. Pero no se vayan, que aún hay más: si identificamos artículos cuyo título contenga las palabras gravity, gravitational, GW, dark o hole nos encontramos con que son un 30% de los de hep-ph y un 38% de los de hep-th. El cambio de panorama es brutal.

Esto que ahora nos parece que está tan claro, no lo estaba para muchos de mis colegas en 1997. Para algunos sigue sin estarlo; ya he dicho que a veces la evidencia tarda en imponerse. Por ello, cuando en el año 2003 surgió la idea de crear una asociación dedicada al fomento de la investigación y de la enseñanza de la gravedad, pensé que era una gran oportunidad para la comunidad científica española si se conseguía agrupar en ella a las dos tribus de que os he hablado.

Como dije al principio, apenas guardo recuerdos detallados de las reuniones que mantuvimos y de las discusiones sobre los estatutos, ni sobre las cuotas y otros aspectos más mundanos de la asociación. Pero que todos los que estábamos allí teníamos la voluntad de trabajar para superar las divisiones del pasado y colaborar en algo nuevo y mejor (una especie de Transición, pero en el plano científico) es una verdad palmaria. Queríamos crear algo homologable a lo que se hace en otros países con mayor y mejor tradición científica.

Mi pequeña contribución a la fundación de la SEGRE fue insistir en la apertura a todas las corrientes y culturas y a todos los campos de investigación relacionados con la gravedad. Insistir en que las palabras

«gravedad» y «gravitación» que podían unir a nuestras tribus tuvieran una posición preeminente en el nombre y los estatutos, por encima del calificativo «relativista», más sectario, era fundamental. Que luego lográsemos llegar a los miembros de las dos tribus y hacerles participar en estructuras y eventos comunes sería el siguiente paso.

Yo iba a ser el organizador de la edición de los Encuentros Relativistas (cuyo nombre quizá debería haber sido cambiado para adaptarlo a la nueva era) del año 2004 en Miraflores de la Sierra y que tenía que solicitar fondos para realizarlos. Se me ocurrió que con un poco más de esfuerzo se podía solicitar financiación para una red temática sobre la gravedad (RTRG) que diera apoyo a eventos científicos que cubrieran todo el espectro de los temas de investigación relacionados con la gravedad: cosmología, geometría lorentziana, Supercuerdas (los Iberian Strings), los Encuentros Relativistas… El esfuerzo fue mayor de lo previsto: envié mensajes personales, de uno en uno, a más de 100 investigadores 93 de los cuales apoyaron con sus curricula la solicitud. La red se renovó varias veces con otros coordinadores que conservaron el espíritu abierto y la voluntad de integrar a todas las tribus que animaron la primera solicitud. Si bien la red temática no es la SEGRE es indudable que le debe mucho a la SEGRE.

Tampoco la lista de distribución GREG-L alojada en RedIris que creé y coordiné durante un tiempo es la SEGRE, pero seguramente no tendría mucho sentido sin ella.

Presente y futuro

Llega ahora el momento de hacer balance de lo conseguido y ponderar qué nos puede deparar el futuro y cómo nos gustaría que fuera.

He presentado el origen de la SEGRE como una oportunidad única de establecer alianzas entre tribus científicas con culturas hostiles y hay que preguntarse hasta qué punto se ha conseguido formar una comunidad más unida y menos sectaria en la que, sin renunciar a nuestras ideas, colaboremos para mejorar la educación y la investigación en nuestras universidades e institutos y, por ende, en todo el país.

Para que nuestra valoración de los hechos sea enteramente justa, no hay que olvidar las circunstancias sociales y económicas que nos han afectado estos años. También hay que tener presente la debilidad de los movimientos asociativos en una sociedad desarticulada antes por la dictadura y ahora por el individualismo feroz que el consumismo y las redes sociales nos inoculan sin que reaccionemos. Y, finalmente, no podemos ignorar que nos toca vivir y luchar contra el retroceso que se está produciendo en la res publica a todos los niveles.

El número de investigadores de nuestra área ha crecido espectacularmente en estos 20 años y la formación y el liderato de algunos de los más jóvenes son una promesa de futuro. Sin embargo, la SEGRE no tiene tantos socios como podría y debería tener. Tampoco la Real Sociedad de Física. Pero en el caso de la SEGRE, creo que lo que pasa es que siguen faltando muchos de mi tribu, sobre todo. A pesar de que en la SEGRE hay miembros cuyos trabajos y actuaciones personales tienden puentes entre las dos culturas, es muy difícil erradicar los prejuicios y salir de las burbujas. Creo que debemos seguir esforzándonos en lograrlo. Debemos atraer a más participantes de todas las corrientes a los eventos de la red temática (que ojalá se pueda renovar) y en el futuro próximo debemos utilizar los Seminarios Poligonales que se están organizando, como punto de encuentro de todas ellas. Aprovecho para invitar a todos los presentes a participar en ellos y descubrir que, aunque se siga trabajando en la gravedad cuántica de lups y en las supercuerdas, impulsados por la auténtica avalancha de datos experimentales, hay desarrollos nuevos que los superan y que combinan ideas de ambas culturas.

El nacimiento de la SEGRE fue posible porque quienes participamos en su fundación pertenecíamos a nuevas generaciones (con minúscula) que no se sentían obligadas a perpetuar una situación absurda. Y es posible que sean otras generaciones aún más nuevas las que lleven a término un programa que tiene que ilusionar a todos los que pensamos que la ciencia es una empresa colectiva y que cuando nuestro trabajo como investigadores se hace de forma honesta y exigente, anteponiendo la búsqueda de la verdad a los intereses de la tribu, contribuimos a construir una sociedad mejor.

Tomás Ortín Miguel

Profesor de Investigación del Instituto de Física Teórica, centro mixto UAM/CSIC

Unas notas sobre la ciencia y el español en la ciencia

 

El día 7 de Noviembre fui invitado a participar en una especie de mesa redonda sobre la investigación en diseño en el marco del  Primer Foro Iberoamericano de  Investigación y Diseño .

Mi aportación consistía en describir la investigación en una disciplina científica tan antigua y consolidada como la física. Una parte del encuentro estaba patrocinado por el Instituto Cervantes, que seguramente debía de ver una oportunidad de promocionar el uso del español en la investigación., lo cual, en mi opinión, es una guerra perdida con los planteamientos de partida que se tienen.

Reflexionando sobre el tema, llegué a varias conclusiones que quizá a alguien le puedan resultar interesantes:

  1. La ciencia es una empresa universal que pertenece a toda la Humanidad. El mismo descubrimiento no se puede hacer en países diferentes.
  2. Hay que comunicarse con los científicos de todo el mundo en el idioma que entiende la mayoría de ellos.  En otras épocas fueron el latín, el francés o el alemán y ahora es el inglés.
  3. Ése idioma es aquél en el que se expresa la mayoría de los mejores científicos que trabajan en un momento histórico concreto.
  4. Si se quiere ciencia en español (ciencia de vanguardia y no mera divulgación científica) lo primero que hay que conseguir es tener investigadores de habla española de talla internacional, que hagan que merezca la pena el esfuerzo de aprender el idioma. Lo mismo vale para la cultura en general, nos guste o no.
  5. La investigación produce conceptos nuevos y las palabras que los nombran. Se bautizan en el idioma del creador. Así, pues, hay que crear más, investigar más y mejor para que haya más palabras de origen español en el vocabulario científico. El «que inventen ellos» lleva indefectiblemente  al «que nombren ellos». (El tiempo que tantos sesudos catedráticos y académicos han dedicado a castellanizar o buscar equivalentes en castellano a los neologismos científicos bautizados en inglés habría estado mejor empleado en investigar y crear ellos mismos esos conceptos).
  6. Ver la ciencia como algo separado del resto de la cultura nos ha llevado al retraso científico que históricamente nos aqueja. Sobre todo cuando lo que de forma sesgada se entiende por «cultura»  gira sin cesar alrededor de las glorias pasadas a las que vuelve su mirada mientras el  resto del mundo dirige la suya hacia las estrellas.

El vídeo de la mesa redonda está a continuación.

 

 

 

 

 

II Encuentro GRASS-SYMBHOL, Ávila 17-18 de Noviembre del año 2023

Los días 17 y 18 de Noviembre del 2023 se realizó el segundo encuentro entre los miembros de los proyectos coordinados GRASS (IFT, UPV/EHU, U. de Valladolid y U. de la Rioja) y SYMBHOL (U. de Murcia y U. Politécnica de Cartagena), con los Profesores Eric Bergshoeff (U. Groningen, Países Bajos) y Diego Marques (U. de Buenos Aires, Argentina).

 

 

Participants II GRASS-SYMBHOL Meeting
Participants II GRASS-SYMBHOL Meeting

La lista de charlas, por orden cronológico es la siguiente (pinchando en el título de la charla o en el nombre del ponent cuando no hay título se descarga la charla):

MP García del Moral

Massive supermembrane, type IIA massive superstring and Romans Supergravity

In this talk I will explain briefly the relation between a new type of supermembrane, the massive Supermembrane with discrete spectrum formulated in ten non-compact dimensions, its double dimensional reduction: the wordsheet action of a $N=2$ type IIA closed superstring with new couplings and tension that we denote as ‘massive’ superstring; and the 10D Romans Supergravity.

Pablo Saura

Entanglement Entropy with non-Invertible Symmetries

Recently, a new proposal to study anomalous symmetries has appeared: the chiral anomaly can be seen as a special case of generalized symmetry without a group structure, called non-invertible symmetry. This approach allow us to define conserved chages and currents associated with the anomalous symmetry. However, one may ask to what extent can this be called a true symmetry of the system. In this talk I will present the first part of an ongoing work in which we propose the study of entropic quantities to characterize
non-invertible symmetries. We will discuss a well-known quantity studied for ordinary symmetries: Symmetry Resolved Entanglement Entropy, as well as how to generalize it for
non-invertible symmetries and compute it in particular examples in 2D CFT.

Igor Bandos

Noether-Wald charge in supergravity, fermions,  and Killing supervector in
superspace

The supersymmetry properties of Killing vector in supergravity theory can be clarified by relating that to Killing supervector in the supergravity superspace. The superspace approach makes manifest that supersymemtry ‘mixes’ Killing vector with its fermionic spinor ‘superpartner’ and  the Killing equations with  the generalization of Killing spinor equations. This later reduces to the standard Killing spinor equation, although for fermionic spinor, when the fermionic field (gravitino) are set to zero. Using these transformations in spacetime, component approach, we construct a Noether-Wald charge of ${\cal N}=1,d=4$ supergravity with fermionic contributions which is diff- Lorentz- and supersymmetry-invariant (up to a total derivative).

Pablo Cano

Braneworld gravity = infinite derivative gravity

I will start by reviewing a few aspects about the linear spectrum of higher-order theories of gravity that contain covariant derivatives of the curvature. I will then study “braneworld gravities”: theories of gravity induced on a brane placed near the boundary of an AdS spacetime that is ruled by Einstein’s equations. It turns out that these theories contain an arbitrary number of

covariant derivatives of the curvature. I will show for the first time the exact Lagrangian of these braneworld theories at quadratic order in the curvature, which turns out to have a very peculiar form. Using this result, I will investigate the linearized equations and the degrees of freedom

propagated by these theories. Finally, I will focus on the case of 3-dimensional induced gravity, which provides a nonlocal generalization of New Massive Gravity.

Pablo Bueno

Conformal bounds from entanglement

The entanglement entropy of an arbitrary spacetime region $A$ in a three-dimensional conformal field theory (CFT) contains a constant universal coefficient, $F(A)$. For general theories, the value of $F(A)$ is minimized when $A$ is a round disk, $F_0$,and in that case it coincides with the Euclidean free energy on the sphere. I will present a new conjecture stating that for general CFTs, the quantity $F(A)/F_0$ is bounded above by the free scalar field result and below by the Maxwell field one. I will provide strong evidence in favor of this claim and argue that an analogous conjecture in the four-dimensional case is equivalent to the Hofman-Maldacena bounds. In three dimensions, our conjecture gives rise to similar bounds on the quotients of various constants characterizing the CFT. In particular, it implies that the quotient of the stress-tensor two-point function coefficient and the sphere free energy satisfies $C_T/F_0 ≤3/(4\pi \log2−6\zeta[3]) \simeq 0.14887$ for general CFTs. I will show that the bound is satisfied by free scalars and fermions, general $O(N)$ and Gross-Neveu models, holographic theories, $N=2$ Wess-Zumino models and general ABJM theories.

Giacomo Giorgi

Scalar fields matter: democratization, applications and type iib

A democratic formulation of the effective string theory action has been proven to be a powerful tool with applications that range from coupling magnetically branes to flux compactification, among others. While the dualization of higher form fields has already been obtained, it remains the problem of the dualization of scalars even when they are non-linearly realized in the theory. In this work, we develop a systematic method to dualize the scalars coupled to a (p+1)-form potential. As a potentially useful application, we obtain the democratic pseudoaction for N=2B, d=10 supergravity, manifestally invariant under global SL(2,R) transformations.

Eric Bergshoeff

Carroll fermions

In this talk I will introduce Carroll fermions, i.e. the fermionic partners of Carroll particles. They will be defined as a special $c \to 0$ limit of (tachyonic) fermions. We will discuss several properties of Carroll fermions such as supersymmetry and the coupling to Carroll gravity.

Unai Sarraga

Hamiltonian mechanics and quantization of simplest 3D counterpart of multiple D0-brane
system: progress report

Recently we have constructed a completely supersymmetric nonlinear action possessing all the properties expected from a multiple D0-brane system of String theory. Its quantization should result in an interesting supersymmetric field theory in (super)space with non-commuting and non-anti-commuting coordinates, which can provide important insights into the study of String theory. This talk serves as a progress report toward that aim. In it, we construct the Hamiltonian mechanics and discuss the covariant quantization of the simplest three dimensional counterpart of the ten dimensional multiple D0-brane system.

Carlos Shahbazi

Gauge fixing in Euclidean Einstein-Yang-Mills theory

I will give a pedagogical introduction to a natural gauge fixing procedure in Einstein-Yang-Mills theory that can be used to study its configuration space, moduli space of solutions, and partition function.

Matteo Zatti

Carmen Gómez-Fayrén

5-dimensional geometry of 4d static Kaluza-Klein black holes

In this talk, I’m presenting some of the results we have obtained studying the thermodynamics of the simplest 4-dimensional electrically charged Kaluza-Klein black-hole solutions directly in the 5-dimensional setting. We studied how to uplift the basic 4d elements to 5d, such as the 4d timelike Killing vector and its Killing horizon. The 5d Killing vector we found generates a 5d Killing horizon which is not static. Moreover, demanding the associated 5d vector to be a Killing vector of the 5d metric, the momentum map equation arises, which leads us to the emergence of a gauge-covariant Lie derivative using this KK framework. Finally, an interesting geometric interpretation of the 4-dimensional electrostatic potential is shown.

Diego Marques

Beta-symmetry and alpha’- corrections

There has been progress in computing some perturbative
alpha’-corrections in string theory, using the framework of double field theory. However, there is a no-go stating that the universal quartic Riemann interactions cannot be captured by the formalism. I will review the main results in this topic, and introduce beta-symmetry: a supergravity approach to constraining higher derivatives through duality arguments.

Luca Romano

Non-Relativistic Heterotic String Theory

In this talk, we consider heterotic-gravity as the low-energy approximation to heterotic string theory. We define a consistent non-relativistic limit of heterotic gravity that includes the Yang-Mills Chern-Simons term. We perform three tests on the heterotic limit: we use it to (i) derive the non-relativistic transformation rules, (ii) show the existence of a finite non-relativistic heterotic action and (iii) obtain the longitudinal non-relativistic T-duality rules. We show that in all these cases the limit procedure is well defined, free of divergences and leads to consistent non-trivial results. We comment on the interpretation of the T-duality rules in terms of a heterotic
non-relativistic geometry underlying non-relativistic heterotic string theory.

Javier Matulich

JJ Fernández Melgarejo

J Molina Vilaplana

Entropic characterization of Non-Invertible symmetries in 2d CFT

It has been recently realized that the concept of symmetries goes beyond those described by groups. In two dimensions, a symmetry operation  can be represented by a topological defect line across which the operation is performed. The action of  the topological operator must not be necessarily invertible, and one may regard the algebraic structure formed by the totality of topological defect lines as a generalized version of symmetry. In this talk, that would be considered a complement to Pablo Saura’s talk, I will communicate on an ongoing work focused on using entropic quantities such as the relative entropy in order to characterize the presence of these non-invertible symmetries in 2D CFT.

Calin Lazaroiu